Capítulo LXXI
Cierta vez le dije a mi analista que no debería haber nacido; que no debería haber nacido yo, claro, no ella. Con mi analista tengo serias divergencias, pero no tantas ni tan graves como para desearle no haber nacido; en cambio las divergencias que mantengo desde hace años conmigo mismo, sí ameritan desearme no haber nacido. Entonces, hubo una vez que le dije a mi analista que no debería haber nacido. Yo. Le dije, a mi analista, en una sesión extremadamente turbia, sesión en la cual afuera caían piedras de hielo grandes como puños enojados y no podría pagarle una sesión más y San Lorenzo –para colmo- el domingo había goleado a Chacarita y mi analista, además de ser una profesional de la salud mental es una fana enfermiza de San Lorenzo, decía, que le dije a mi analista que hubiera sido preferible que la doctora Torino, que asistió a mi vieja en la cesárea –porque yo nací gracias a una cesárea de urgencia que le practicó la doctora Torino a mi vieja en el hospital Anchorena- ni me mandara a la incubadora en terapia intensiva; total, con la cabeza hecha una medialuna como la saqué después de haberme encajado y emperrado en no recuerdo qué hueso de mi vieja, y con los forceps metálicos con los que intentaron previamente a la cesárea, la incubadora, los tres días de incubadora en terapia intensiva, estaban de más.
¿Para qué nacer con la cabeza arruinada? ¿Para escribir qué?
Nota: la imagen que ilustra esta presentación, fue extractada de la siguiente página: http://www.menorca.info/20040927/insular/imagenes/6insular.jpg
¿Para qué nacer con la cabeza arruinada? ¿Para escribir qué?
Nota: la imagen que ilustra esta presentación, fue extractada de la siguiente página: http://www.menorca.info/20040927/insular/imagenes/6insular.jpg
2 Comments:
Juan G. seguiría forcejeando cabezas (la de Tittulli o la de su Yo) con tenazas de preguntas: "¿de ahí me viene esta ceguera, la lentitud con que me entero, como si no quisiera, como si lo importante siga siendo la oscuridad que me abajó tu vientre o casa?/ ¿la tiniebla de grande suavidad?/¿dónde el lejano brillo no castiga con mundo piedra ni dolor?/... /¿porqué escribo versos?/¿para volver al vientre donde toda palabra va a nacer?" y Berger agregaría en similar sentido (sin preguntas) que no desear haber nacido es querer permanecer en la lengua materna y que no se preocupe usted porque: "el pasado va creciendo poco a poco alrededor de uno, como una placenta para morir". Y yo (no el yo de Tittulli ni el de su analista) antes quise no haber nacido y ahora sólo quiero una madre de parto completo, no importa si natural o por cesárea. Volqué con la imagen. Es la segunda vez que intento este post. Si sale repetido no me quiera matar, sólo borre. Saludos.
Upaaa... qué decir ante tanta poesía, tanto análisis bergeriano dando en la tecla exacta...
¿Cuánto cobra la sesión virtual, Licenciada García Elorrio?
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