CAPITULO XIX


…que para qué ahora ropas negras blancas y grises en detrimento de las verdes azules y celestes que tanto tanto y tanto que para qué siempre la computadora en vez de una mirada nueva un abrazo nuevo otras caricias que para qué me fui al Perú será Perú dije al Perú pero los países no son la Nancy el Carlos que para qué tanto tiempo metido en el trabajo haciendo titulitos que para qué caminar solo por las madrugadas en la ciudad que para qué tanto fútbol por televisión y no la neblina de las duchas compartidas que para qué el viernes pasado próximo pasado querrás decir dije pasado para qué irse de cervezas un domingo con Pascales si nunca lo hicimos los domingos y que para qué tanto llamadito de Abril Mallo y que para qué solo café al amanecer y que para qué la música de Sakamoto o que para qué nada de anillos nada de cadenitas nada de nada de los regalos sobre el cuerpo que para qué tanta falta de diálogo en los desayunos en las cenas en los sábados los lunes los feriados que para qué carajo la obra completa de Gelman y para qué las lluvias los viajes los trenes para qué las nieves las comidas los amigos para qué las preguntas los arcoiris las fotos las plantas cada vez más grandes en el balcón para qué mierda los gritos para qué los silencios para qué los llantos que para qué los hijos o para qué todo que para qué la vida si no hay nada que alcance

2 Comments:

Blogger morgana said...

Se me pasó por alto este fortísimo canto de insatisfacción. Cómo me refleja. Cuánto.

jueves, septiembre 28, 2006  
Blogger elhinculto said...

...que para qué, doña?

viernes, septiembre 29, 2006  

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