CAPITULO XLIII


La vida en Buenos Aires sigue igual. Digamos que treinta muertos más o treinta muertos menos no le cambian la vida a ningún país. Menos a éste. O quizás sí, para peor.
Se me ocurre pensar que el número 30, o el 30.000, o tal vez solo el 3; no sé. A decir verdad, últimamente se me ocurre pensar poco. Es que el hecho de pensar es voluntario; uno no piensa como respira, sin casi darse cuenta. Ultimamente.
Así que a partir de ahora decido ser un tipo mucho más limpio: no volveré a escupir las calles nuevamente; no tiraré más papelitos si no es en los porta residuos instalados en toda la ciudad para tal fin; no tocaré más la bocina del auto en las bocacalles de manera desmedida porque ya nos enseñaron una vez que el silencio es salud, y a don Manuel, el portero del edificio, le exigiré que comience a respetar los horarios para sacar las basuras del consorcio. A partir de ahora, pondré orden estricto y despejaré de papeles al pedo mis tres escritorios y la biblioteca, la hemeroteca y la discoteca, y tendré un ritmo de lavado dental de tres veces al día en vez de la práctica religiosa antes de desayunar y después de cenar que vengo implementando hace años, religiosa porque recito in mente cuantas veces me sea posible el padre nuestro y el ave maría durante los tres minutos exactos que dura cada lavado (termina resultando realmente extraño lo del tres… Sólo espero seguir manteniendo la misma cantidad de piezas dentales que hasta ahora).
Considero que retomar la vida desde ahí es un buen síntoma; siempre después de la muerte de un ser querido, sus deudos acometen con cierto tipo de limpieza.



Nota: la imagen que ilustra esta presentación fue extractada del
diario Página/12.

CAPITULO XLIV

Sigo sin ganas de hablar con nadie del último viaje a Perú. Del último y de los anteriores también. Solo me da por pensar algunas cosas, o más que cosas, se me da por tratar de traducir ciertas imágenes en palabras, y fracaso una vez y fracaso otra.
No me abandona la ingrata sensación de que voy a explotar en cualquier momento; por eso trato de no poner energías en pensar sobre el rollo de Perú, para estar lo más atento posible en el momento del estallido. Igual, no puedo evitar la tristeza justa en la caída de sus párpados; igual, no puedo sacarme de encima el olor de sus manos, no puedo parar de imaginar momentos, situaciones que quizás nunca sean parte de nuestras vidas.
Así que nada de Perú, nada de su última mirada en el aeropuerto de Lima, y en cualquier momento es posible que vuele por los aires, que vuele definitivamente.








Nota: la imagen que ilustra esta presentación pertenece a la serie
“Fuerza Bruta”, de Angel Castro.

Cap. XLV

No es que me emperre en hablar de la muerte; es sólo que la muerte se emperra en estar con nosotros, en hablarnos, en corromper las almas de manera políticamente correcta.
La muerte es uno de los panes nuestros de cada día; la muerte, por sí sola, es simplemente eso: la muerte. Pero no quiero escribir de cuando la muerte es transformada en política de estado. Al menos no ahora.

No es que me emperre en hablar de la muerte, decía, porque ayer se cumplieron treinta años de la muerte de mi hermano; es sólo que la muerte se emperra en estar con nosotros, y no lo veo mal que así sea.
Mi hermano tenía una vida por delante, y una muerte también. Simplemente la muerte se adelantó hasta sus tres años.

Así que no es que me emperre en hablar de la muerte, decía, aunque parezca que sí.

CAPITULO XLVI

Una semana después del asesinato de treinta argentinos a manos del Estado argentino, las noticias principales de tapa de los grandes diarios argentinos son que Racing es campeón del Torneo Apertura, luego de treinta y cinco años de espera; que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el doctor Ruckauf, decretaría la disminución del peaje a la Costa Atlántica argentina a la mitad de su precio en las rutas 2 y 11, ya que se viene la temporada de verano; que varios dirigentes peronistas piden elecciones en el más corto plazo posible; que ya están hechos los primeros contactos con el FMI, el cual se compromete a desarrollar una solución sustentable a los problemas económicos argentinos; que una falla del sistema Windows XP abre el camino al desfalco hacker; y el ránking de noticias más leídas del gran diario argentino salud: en primer lugar, la autorización del pago con pesos argentinos, y 1 a 1, de las deudas en dólares; la ya mencionada de la falla del XP en segundo lugar; y más Racing, y más reclamo de elecciones de parte del peronismo, y más tira y afloje con el FMI, el BID y el Club de Roma y el Club de París y allá por las páginas del medio para atrás en los grandes diarios argentinos, allá lejos y hace tiempo, mucho tiempo, algunas columnas acerca de los treinta muertos argentinos a manos del Estado argentino, casi fronterizas con las policiales.

CAPITULO XLVII

El show debe continuar.

CAPITULO XLVIII

¿El show debe continuar?

CAP. XLIX

El show debe continuar, al menos hasta el 2 de enero del año que empezará a darnos de sufrir en cualquier momento. El show debe continuar, por contrato. Eso firmamos hace casi diez años Baumgarten y yo; eso firmamos una noche en casa, en medio del whisky; firmamos un contrato por diez años para editar un diario. Yo pongo los billetes, usted el equipo de trabajo y las ideas, fue la propuesta básica. Y los diez años están llegando a consumirse del todo, a pesar de las chicanas baumgartianas de los últimos tiempos, a pesar del ofrecimiento de comprarme la idea en forma millonaria.

La idea siempre fue mía y se muere conmigo, le digo a Baumgarten sin que se me mueva un pelo. Y Baumgarten sonríe en silencio, también sin que se le mueva un pelo. Hoy es viernes, arriesga camuflado por el humo de su habano. Y mañana debería ser sábado, sábado 29, digo mirándolo a los ojos sin pestañear, subiendo la apuesta. Es cierto Títtulli, mañana debería ser sábado, sábado 29, dice como reflexionando, también sin pestañear. Y juro que es la primera vez que veo a Baumgarten sin respuestas, encerrado por su propio juego, sin resto para plantear una nueva etapa. Y me pregunto si es ésto lo que deseo como jugador, me pregunto todo sin que se me mueva un pelo, sin pestañear; y me equivoco. Ya que es 29, mañana podríamos cenar unos ñoquis en casa Títtulli, ¿qué le parece? Eso sí, usted pone los vinos y los billetes debajo de los platos.

El show debe continuar, al menos hasta el 2 de enero del año que empezará a darnos de sufrir en cualquier momento.

Nota: la imagen que ilustra esta presentación, fue extractada del siguiente sitio:
http://ourworld.cs.com/bibibwong/29Noquis.jpg