Cap. LVII


Me levanto temprano, con el primer sol, porque los que vengan después ya estarán viciados. Y como diría el diariero de la esquina que dijo Gelman (la típica de los que se la pasan citando autores que jamás leyeron ni leerán), mis hijos siguen andando por la mundo, (hasta es posible que ni se hayan enterado de que volví de Perú), mi próxima ex mujer y madre a la vez de mis hijos sigue transitando la estratósfera (intuyo que ya jamás podrá abandonarla), mi equipo sigue empecinado en que puede trabajar sinmigo (gracias querido Herminio Iglesias por esta bella palabra), y Baumgarten no para de enrubiecer cada día.
Así que me levanto temprano, con el primer sol, y los gordos se vienen desesperados a mi balcón; ya se sabe: la primera comida del día es la más importante. Luego, mientras dejo el café calentándose, el baño: hacer pis, lavarse las manos, la cara, cepillarse la dentadura; peinarse, hacer morisquetas 3D con la ayuda de los espejos laterales del botiquín, y decidir que la nueva vida comienza hoy mismo. Nada de 2002; para eso faltan demasiadas horas como para seguir postergando el inicio de mi nueva vida.

Cap. LVIII

Le aseguré a Baumgarten que los comeríamos juntos. Los ñoquis del 29, claro. O sea, esta noche compartimos los ñoquis del 29 con Baumgarten, en su mansión.
Como primera cena de la nueva vida, no está para nada mal.
Por lo tanto, me levanto una vez más con el primer sol, el de las cinco y pico de la mañana, y mientras dejo el café calentándose, voy al baño: hacer pis, lavarse las manos, la cara, cepillarse la dentadura; peinarse, hacer morisquetas 3D con la ayuda de los espejos laterales del botiquín.
La nueva vida ha comenzado.










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SUPERSEIS - Lo Bueno por Mucho Menos -

Cap. LIX


Me siento en el balcón acompañado por la tortuga Manuelita, que reapareció vaya uno a saber de qué larguísima siesta; acomodo la laptop sobre mis muslos, y nos miramos; quizás sea una de las últimas miradas entre Manuelita y yo; Manuelita es de Ariela, y se recuesta sobre el empeine de mi pie izquierdo, como nunca antes, como si supiera que el pelotudo que juega con las palabras para nombrar los desastres del país y aledaños se fuera para siempre de su vida; nos miramos largamente, en medio de las primeras luces de la mañana, el animal llamado Manuelita y el pelotudo que le da lechugas, pepinos y zanahorias.
Hace calor, demasiado para esta hora.









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http://www.jatunsacha.org/espanol/machalilla.htm

Cap. LX

Calor, demasiado para esta hora, para este país, para la masacre cometida por el desgobierno de De la Rúa; incluso para Manuelita, que toma agua barrosa de la base del lazo de amor; demasiado calor para cenar ñoquis por más 29 que sea. Manuelita termina con el agua y se esconde del primer sol que se trepa al balcón, se mete debajo de las enormes hojas del helecho.
En la pantalla de la laptop hay unas palabras de forma y colores conocidos; es Wanda, desde Cuzco. Y pregunta por mis hijos, pregunta por mis trabajos, pregunta por la relación con Ariela, si ya te separaste, si ya estás en México, pregunta Wanda; es Wanda desde Cuzco, que pregunta por Manuelita, por la tragedia del país, pregunta; Wanda, que vuelve a la carga con que es Cusco, o siendo más puristas Cosco, y yo una vez, una vez en Lima le había contado que en Buenos Aires hay un bar peruano llamado Cosco Hatuchay; es Wanda, con demasiadas preguntas para tantas dudas, demasiadas preguntas en color rojo comic sans, demasiadas para tanto calor.







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ban comic sans :: Putting the Sans in Comic Sans

Cap. LXI

Y finalmente los ñoquis del 29, los ñoquis con Baumgarten, los tremebundos ñoquis del 29 en la mansión de Baumgarten.
Baumgarten tiene una de esas mansiones de película en las que cualquiera que jamás accederá a tener una de esas mansiones de película, se sentiría muy a gusto cenando los ñoquis del 29 junto a él, un magnífico anfitrión, al borde de la piscina y atendido por cuatro personas perfectamente vestidas de blanco. Porque Baumgarten, si hay algo de lo que disfruta, es de guardar ciertas tradiciones, y una de ellas son los ñoquis del 29, pero tricolores y servidos por gente impecablemente vestida de blanco, ñoquis al borde de la piscina; es decir, naranjas, verdes y blancos. Pero los naranjas no son de calabaza, si no de salmón del Pacífico; los verdes no son de simples espinacas, si no de
rúcula con salvia; y los blancos ni por asomo son de papa; los ñoquis blancos que le fascinan a Baumgarten son de langosta cubana, langosta traída desde las aguas que rodean la isla de Cayo Largo.
Y los ñoquis de este 29, sábado 29 de diciembre de 2001, además de los tintos añejos en roble, además de los Churchill en tubo de 178mm x 18,65mm, traen un plus: Baumgarten quiere que emprendamos otro proyecto editorial, no quiere que el Grupo GAVER se quede sin diario.




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Piscinas Sotelo

Cap. LXII

Recuerdo que Ariela quería ñoquis el 28 y no podía esperar por la furia del antojo un día más; recuerdo estar haciendo la masa con el puré de papas el lunes por la noche; recuerdo la corrida hasta el garage para buscar el auto, dejando un reguero de harina por todo el departamento, los pasillos del edificio y la vereda hasta la avenida Córdoba y el gordo José gritándome detrás de sus flores que tenía crisantemos frescos para la señora a punto de parir; recuerdo al chistoso del anestesista aconsejando llamar Harina a Violeta, mientras filmaba el parto y todos los del equipo se cagaban de risa; recuerdo que en la Clínica Anchorena nací yo también.

Sí, los ñoquis me traen recuerdos de los buenos.

Cap. LXIII

La hermosa cena en la mansión de Baumgarten fue para darle el pésame a “Un día menos” y crear las bases para dar nacimiento a “Un día más”, aunque no tiene en claro si quedaría mejor utilizar la palabra más o el signo +, entre otras tantas cosas que no tiene en claro.
Un día más y Un día +, garabateó Baumgarten en un papel amarillo, aunque podría ser undíamás o undía+, y con el signo + podría interpretarse como un día positivo, a lo que no pude contenerme y le digo que es una pedorrada absoluta; y el color del papel viene al caso porque esa es otra de las ideas que habíamos barajado para una sección amarillenta de “Un día menos”, la sección Periodismo amarillo; ahora resulta que, después de oponerse a la idea original por parecerle una pedorrada absoluta, Baumgarten me tienta con –entre otras ideas descartadas en sus momentos- el periódico totalmente amarillo, y que la línea editorial es mía, y que el equipo de trabajo lo elijo yo, y que tiene una secretaria espectacular para presentarme.
Baumgarten, le contesté luego de más de una hora escuchando su discurso entusiasta, hagámoslo. Pero no festejó; es más, no se le movió ni un pelo al escuchar esas palabras de mi boca; es más, me estudió la mirada detenidamente unos segundos; es más, esperaba la estocada. Hagámoslo, pero yo estaré viviendo en México o Tierra del Fuego.



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KREMER Pigmente: Pigmentos (rojo, amarillo, verde, azul, blanco, negro)