CAPITULO XV

Títtulli… cómo anda tanto tiempo…
La voz de Baumgarten suele hacerse más aterciopelada cuanto más bronca juntó el tipo. Es de esos que pueden decir la peor de las aberraciones, hechar la más terrible de las puteadas, pero aterciopelando la voz. Y no es poca cosa estar a punto de querer hundirle la cabeza a alguien en un tacho de basura y mantener el tono de voz propio de la dulzura.
Baumgarten… qué alegría escuchar su voz…
Convengamos: el tipo me agarró frío y con la escena del gordo taladrándome los ojos.
Me imagino Títtulli, me imagino…
No se imagina Baumgarten, no se imagina…
A ver si nos entendemos, ¿Se puede saber qué está haciendo Títtulli?
Sí, claro. Acabo de llegar de Perú y estoy preparándome un whisky con jugo de pomelo, pero exprimido, ¿eh?
Parece que no nos estamos entendiendo Títtulli…
Yo le entendí perfectamente Baumgarten; me preguntó qué estaba haciendo. Lo que sucede es que acabo de ver cómo un patrullero atropelló a un gordo frente a la ventana de mi cocina.
Llame a Crónica TV, Títtulli.
No creo que le interese la nota…
Retomando el hilo de la conversación Títtulli…
…jamás lo perdimos Baumgarten…
…lo que quise decir es qué mierda hace yéndose a Perú una semana entera justo en la semana en que el país explota y hay muertos por todos lados Títtulli
Ahhh… entendí Baumgarten, entendí. Pero no me fui porque el país estaba a punto de volar por los aires…
Me imagino Títtulli, valgalé.
Pareciera que hoy no tiene un buen día Baumgarten; lo noto como contenido, ¿puede ser?
Es verdad, Títtulli, pero no me venga con interpretaciones psicoanalíticas; últimamente no tengo buenos días, pero con usted Títtulli, con usted no los tengo… Estoy mal con su trabajo, ¿entiende Títtulli?
¿Está mal por mi trabajo?
Eso dije Títtulli, eso mismo dije. Veo que vamos entendiéndonos de a poco…
¿Le parece…? A ver Baumgarten, a ver… ¿Sabe usted quién puso el titular de tapa del 21, Baumgarten, lo sabe?
Tengo una leve intuición…
Exacto Baumgarten, lo hice con una pequeña ayudita de mis amigos.
Ajá… se refiere a los creativos…
Exactamente. Y sobre todo a Abril Mallo.
Estuvo buena esa tapa Títtulli. Muy poética.
Se agradece Baumgarten.
Bien, hay reunión de directorio mañana. Ya le van a avisar de secretaría.
Nos vemos en el diario entonces.
Y para la próxima, antes de servirse un whisky, desconecte el teléfono Títtulli.
Gracias por el consejo Baumgarten. Lo tendré en cuenta.

La voz que los diversos enojos suelen generarle a Baumgarten, tiene la maldita propiedad de perdurar, de perdurar cínicamente.




Nota: la foto que ilustra esta presentación pertenece a Marcos Haupa. Fue tomada el 20 de diciembre de 2001 en el centro de la Capital Federal, Argentina.

CAPITULO XVI

Política económica
EL PERONISMO VUELVE A GOBERNAR
Renunció De la Rúa



La crisis ya costó 25 vidas. En 9 de Julio y Av. de Mayo un muchacho cayó muerto con una bala en el cuello. (Foto: Gustavo Correa / Clarín)
En sus 740 días, no logró eficiencia ni poder. Debilitado por la ruptura de la Alianza, no tenía apoyo de su partido ni del PJ. Sus últimos intentos fueron un acuerdo con Menem y el "corralito" a los depósitos, para salvar el 1 a 1. Esto apuró su caída y la de Cavallo. Se cierra un ciclo en la política argentina. ( 5'25'')


Esto titula desde el más raso eclecticismo el gran diario argentino, el periódico que pregona desde su tapa un toque de atención para la solución argentina de los problemas argentinos; aunque a fuer de ser sinceros, resulta al menos muy extraño que se puedan proponer soluciones a nada desde el más raso de los eclecticismos (si aceptamos la existencia de distintas clases de escepticismo), porque una cosa es la tapa de un diario y otra muy distinta su contenido, igual que si estuviéramos hablando de la plataforma de un partido político donde una cosa son las propuestas y otra muy distintas las decisiones que se toman una vez que se arriba al poder; ya lo dijo el insigne filósofo estructuralista contemporáneo pampeano, don Héctor Pannigazzi: “Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa”. Las cosas no pueden mezclarse. Queda claro.
“Renunció De la Rúa”, dijo
Clarín en definitiva, en medio de un ataque de furibunda creación titulística.
Voy a sintetizar un poco, mostrando que La Prensa en su edición matutina, también dice que Renunció de la Rúa:

y que el original título de tapa de La Nación (si es que puede caberle el calificativo de original a algo que opine La Nación), fue:

Renunció De la Rúa: el peronista Puerta está a cargo del Poder Ejecutivo

que más allá de lo ideológico, no difiere casi en nada de lo titulado por Clarín en la misma fecha.
Para redondear la recorrida por los medios gráficos de esa fecha, puede decirse sin temor a equivocarse, que La Razón, en su edición del día 20, más que hacer alarde del periodismo de anticipación (nótese la fecha en la parte superior de la página: deberían haber sacado ese número un mes antes), combinó una cagada sintáctico/temporal con apenas un poquito más de creatividad que otros medios al agregar el primer nombre del ex presidente en el titular de tapa; que El Diario de la República de San Luis (ojo: el nombre es El Diario de la República; no una referencia a que San Luis es una república), tapeó más o menos lo mismo; que El Popular, de Olavarría, intentó algo diferente a los grandes medios de Capital; que Los Andes, de Mendoza, y Río Negro, de la provincia homónima, le agregaron De la Rúa al SE FUE de El Popular, y que apenas Página/12 –desde su progresismo titulador onda Crónica- intentó darle un cariz narrativo/literario al trágico evento (nunca mejor utilizado este término, evento): El peor final.

El whisky de al fin y al cabo es un pequeño cuento, un cuento menor dirían los esclarecidos de la literatura, escrito por un amigo; eso es lo que estoy haciendo ahora: reproducir ese cuento maravilloso, el whisky de al fin y al cabo, con la variación del agregado del jugo de pomelo natural, en el balcón de mi casa, sentado en el país que supimos estar destruyendo.

PD para Clarín: no sabía que las crisis sociales se cotizan en vidas, cual alquiler vacacional. Pero no es rara esa “apreciación periodística”; siempre fue y será el gran diario argentino.

PD II: de no poder acceder al HP de La Razón (HP no es sigla de Hijo de Puta ni guarda relación alguna con el diario La Razón; es, simplemente, una burda abreviatura de hípervínculo), enviar mail a: reingratta@gmail.com

CAPITULO XVII


Y recuerdo, sentado en el balcón de mi casa, recuerdo; no la agitada semana en Lima, no los mejores titulares de mi vida, no presenciar los nacimientos de mis hijos, no; recuerdo, con mi whisky en la mano y la laptop a mi lado, en el piso de baldosas coloradas, recuerdo; a veces es mejor recordar que escribir; a veces, escribir nos enfrenta demasiado con nosotros mismos, así que solo estoy recordando.
El recuerdo nunca es fiel a los hechos; quizás la primera vez, pero no más. A partir de ahí, el recuerdo va segregando detalles que cada día le gustan menos, o que no puede traducir en imágenes claras, limpias, que no puede traducir en palabras simples. Así, el recuerdo de un hecho particular va convirtiéndose en una pequeña suma de detalles, unos cuantos colores, algunos sonidos que se pelean entre sí, tal vez una serie de fotos y olores que intenta rescatar un lugar que nunca fue.
Me pregunto cómo será el recuerdo de la matanza de estos días en el país, me pregunto con mi whisky en la mano, sentado en el balcón, y el recuerdo siempre presente de mi hija Serena: “Parecés Galtieri en las filmaciones de la guerra de Malvinas”.

CAPITULO XVIII

Y recuerdo, sentado en el balcón de mi casa, recuerdo; pero no la agitada semana en Lima, no los mejores titulares de mi vida, no presenciar los nacimientos de mis hijos, no; recuerdo, con mi whisky en la mano y la laptop a mi lado, en el piso de baldosas coloradas, recuerdo; a veces es mejor recordar que escribir; a veces, escribir nos enfrenta demasiado con nosotros mismos, así que solo estoy recordando.
Es la primera vez que estamos de acuerdo en algo, dijo.
La primera vez en los últimos veinte años, agregué.
Que no es poco, te faltó decir…
Eso corre por tu cuenta…

En ocasiones, los silencios son como los recuerdos: se alimentan de los deshechos. Y mutan.

Pero estamos de acuerdo…
Creo que sí…
¿Y adónde te vas a ir?
Creo que a México…
¿Vas a seguir en GAVER, tratando de ponerle título a cuanta pelotudez aparezca?
Creo que sí…
Creo que sí, creo que sí… te volviste un hombre creyente…
Creo que sí…

En ocasiones, los silencios son como los recuerdos: una cagada.

Nada de Perú entonces…
No, México…
…y te quedás en GAVER…
Baumgarten encontró el boludo que necesitaba y yo encontré el boludo que necesitaba. Una cuestión de correspondencias…
…los boludos se necesitan…
..siempre lo mismo, me interrumpís y me interrumpís…
…como en los últimos veinte años te faltó decir…
…es que me interrumpís y no dejás que termine…
…eso corre por tu cuenta deberías haber dicho para cerrar el concepto…

En ocasiones, el silencio.

Estás seguro en ese trabajo porque ponés el título que querés y está todo bien. La realidad termina siendo lo que vos titulás.
También podría ser Tierra del Fuego.
Me imagino, las nieves fueguinas o el sol caribeño te dan lo mismo…
Además es la primera vez que empiezo a creer.
Claro Títtulli, amén.

Sí, recuerdo que escribir nos enfrenta. Sentado en el balcón de mi casa, mirando cómo los gordos me miran desde los cables de la luz.


CAPITULO XIX


…que para qué ahora ropas negras blancas y grises en detrimento de las verdes azules y celestes que tanto tanto y tanto que para qué siempre la computadora en vez de una mirada nueva un abrazo nuevo otras caricias que para qué me fui al Perú será Perú dije al Perú pero los países no son la Nancy el Carlos que para qué tanto tiempo metido en el trabajo haciendo titulitos que para qué caminar solo por las madrugadas en la ciudad que para qué tanto fútbol por televisión y no la neblina de las duchas compartidas que para qué el viernes pasado próximo pasado querrás decir dije pasado para qué irse de cervezas un domingo con Pascales si nunca lo hicimos los domingos y que para qué tanto llamadito de Abril Mallo y que para qué solo café al amanecer y que para qué la música de Sakamoto o que para qué nada de anillos nada de cadenitas nada de nada de los regalos sobre el cuerpo que para qué tanta falta de diálogo en los desayunos en las cenas en los sábados los lunes los feriados que para qué carajo la obra completa de Gelman y para qué las lluvias los viajes los trenes para qué las nieves las comidas los amigos para qué las preguntas los arcoiris las fotos las plantas cada vez más grandes en el balcón para qué mierda los gritos para qué los silencios para qué los llantos que para qué los hijos o para qué todo que para qué la vida si no hay nada que alcance

CAPITULO XX

Si no hay nada que alcance fueron sus últimas palabras. Al menos las últimas palabras oficiales de la pareja. O sea nuestras últimas palabras, que fueron las suyas. Si no hay nada que alcance.

Sentado en el balcón de mi casa, pienso cuáles serán mis últimas palabras. No mis últimas palabras dentro de la pareja, mis últimas palabras frente a Ariela, porque esas palabras, que ya no recuerdo, quedarán tapadas por la contundencia de las palabras de Ariela: “Si no hay nada que alcance”.

Sentado en el balcón de mi casa, escucho las últimas palabras del ministro de Economía, don Domingo Felipe Cavallo, vulgarmente llamado cabayo; las escucho llegándome desde el televisor del living, nítidas, endemoniadas, unas pocas palabras llenas de mierda. Es viernes, viernes 21 de diciembre; se acaba el primer año del nuevo siglo, el siglo veintiuno.
Con Ariela siempre discutimos si es el primero o el segundo.

Mis últimas palabras, no más que eso digo, mientras hay cerca de treinta muertos en la república.


CAPITULO XXI

Veo que no ha desconectado el teléfono Títtulli…
Ve bien Baumgarten, ve bien…
Vio que veo, Títtulli…
Veo que ve Baumgarten, veo que ve… y ya que estamos en tema y ha vuelto a llamarme, creo que mañana no vamos a poder vernos en la reunión de directorio…
Ve Títtulli, ve…
Veo Baumgarten, veo…
Vea Títtulli…
¿Qué quiera que vea Baumgarten?
Mañana iba a plantearle que se haga cargo de la dirección editorial del grupo…
Ya veo… Yo iba a plantearle que me voy a vivir a México…
¡¡¿Los Mochis, Manzanillo, Ixtapa-Zihuatanejo…?!!
Del otro lado Baumgarten, del otro lado…
¡¡¿Akumal, Cancún, Cozumel…?!!
Isla Mujeres Baumgarten… Cozumel es caro al pedo; Cancún es irrespirable, y Akumal no tiene excelentes playas.
Ya veo Títtulli, ya veo… se la tenía escondida… pero esa mudanza me imagino no será impedimento para que siga trabajando con nosotros…
No creo Baumgarten, no creo…
Mire usted, Títtulli…
Igual va a estar Héctor Pascales, y es como si estuviera yo.
Usted lo dijo Títtulli, es como si estuviera usted…
Veo que vamos viendo las mismas cosas, Baumgarten…
Digamos, pero no descuide sus visitas al oculista, Títtulli.
Lo tendré en cuenta, Baumgarten, lo tendré en cuenta.
Y no olvide desconectar el teléfono. Es lo mejor cuando uno no quiere que lo llamen.
También lo tendré en cuenta Baumgarten…
Lo mismo dijo hace un rato Títtulli…
Es verdad, lo mismo dije hace un rato…
Parece mentira Títtulli…
…pero seguramente es verdad Baumgarten…
Se refiere a lo que voy a decirle, me imagino…
Imagina bien.
Parece mentira, Títulli; el país hundiéndose en la muerte…
…no haga metáfora barata Baumgarten…
Tiene razón Títtulli, tiene razón. Voy a dejar la poesía de lado y…
La poesía es otra cosa Baumgarten…
Pero Títtulli, permítame utilizar algún término, por favor…
Discúlpeme Baumgarten, discúlpeme…
Seamos claros y directos entonces. Están haciendo mierda el país y nosotros charlando amablemente de nuevos proyectos, yo fumando un habano, usted con un whisky en sus manos…
Se me acabó Baumgarten.
Vaya y compre otra botella…
…se me acabó el que tenía en el vaso Baumgarten…
Ah perdón…
Pero es verdad Baumgarten lo que dice.
Cuídese Títtulli, y no olvide desconectar el teléfono.
Nuevamente gracias por el consejo Baumgarten.